Testimonios

Residentes

“Doy gracias a Dios, pues estos son mis hermanos y hermanas.
Esta es mi familia.”

“No tengo familia, murió mi esposo, murió mi hija; y no quiero estar sola.

“Luego del fallecimiento de mi hija, no me encontraba.
No quiero molestar a nadie, decidí que este era el lugar perfecto
para mis últimos años.”

“Estoy contento, tengo un lugar donde dormir, comer
y compartir con personas igual que yo.”

“He llegado donde está Dios, me han recogido, me están cuidando.
Tengo donde dormir.”

“Es grande llegar a ser viejo, estar enfermo, no tener recursos,
no tener familia. Nadie se recordará de mí con los años.
Pero aquí puedo estar acompañado.”

“Me gusta estar aquí porque siempre la gente viene a visitarnos.
Siempre se acuerdan de los viejitos.”

“Donde están las Hermanas, está Dios.”

“Estoy mejor que en mi casa.”

Familiares

“Las condiciones de mi madre no me permiten tenerla junto a mí.
Decidí que este hogar le ofrece el espacio y las condiciones para
que pase unos años tranquila. La vengo a ver siempre, y ofrezco mi tiempo
a la institución cuando me necesiten para ayudar en las actividades.”

“Vengo a ver a mi amiga, mi vecina de toda la vida.
No estamos juntas físicamente, pero los recuerdos y lo que vivimos
hacen que siempre la venga a visitar.”

“No tiene familia, solo a mi en la comunidad, no puedo cuidar de él.
En el Hospicio va a recibir todas las atenciones, yo me ocupo de venir
y decirle a todos los que lo conocen que le den vuelta.”

“Está mejor aquí con las Hermanas y no en la calle pasando trabajo.”